PLAQUETAS
Concepto/Definición
Las plaquetas son células
pequeñas y enucleadas que provienen de
la formación de proplaquetas generadas por los megacariocitos en la médula
ósea. Aunque son conocidas
principalmente por mantener la integridad vascular, muchas
líneas de investigación han destacado el rol de las plaquetas como potentes moduladoras
y efectoras de procesos inflamatorios e inmunes. La capacidad de las plaquetas
de regular estos procesos se debe a la habilidad de expresar y secretar una
gran variedad de moléculas capaces de atraer e interactuar con los sistemas
inmune innato y adquirido.
Existen aproximadamente un trillón de
plaquetas circulantes en la sangre
de un humano adulto, debido a que la
vida media de una plaqueta es solo de 8-10
días, 100 billones de nuevas plaquetas deben producirse diariamente para
mantener el número de plaquetas normales. Teniendo en cuenta el alto número de
plaquetas circulantes, y
su habilidad para liberar mediadores inflamatorios, las
plaquetas se han posicionado como las centinelas que pueden comunicarse rápidamente
con las células
del sistema inmune.
Estructura
Las plaquetas
poseen tres diferentes tipos de gránulos, gránulos alfa,
densos y lisosomas. Recientemente un posible
nuevo tipo de gránulos ha sido descripto, denominados gránulos T. Frente a la
activación, las plaquetas degranulan secretando al medio extracelular
mediadores solubles y expresando en su superficie proteínas de membrana.
Uno de los constituyentes de los
gránulos alfa, que es expresado en la
superficie de las plaquetas activadas, es la P-selectina, una molécula de
adhesión que interacciona con la gliproteína ligando
de P-selectina (PSGL-1)
expresado por las
células inmunes. Esto media la adhesión de plaquetas activadas
a monocitos, neutrófilos y linfocitos, formando complejos leucocitos-plaquetas
que promueven el rodado y detención de los leucocitos sobre la superficie de
las plaquetas adherentes causando la inflamación vascular.
Dentro de los mediadores, que afectan
a los procesos inflamatorio e inmune, liberados por las plaquetas se encuentran
las quimioquinas y citoquinas almacenadas
en los gránulos
alfa, como el
factor plaquetario 4
(PF4), RANTES, el
factor de crecimiento derivado de plaquetas (PDGF) y el
factor de crecimiento transformante-β (TGF-β) que aseguran el reclutamiento y
adhesión de los leucocitos al sitio de injuriado. Otra de las citoquinas
pro-inflamatorias derivadas de las plaquetas es la IL-1β. La IL-1β no es
almacenada en gránulos, sino que es producida
luego de la
activación plaquetaria por
el procesamiento del pre-mRNA de
la IL-1β, mediado por la caspasa-1, resultando en la liberación de la
IL-1β funcional. La IL-1β actúa sobre el
endotelio promoviendo la expresión de moléculas de adhesión y liberación de
citoquinas que actúan junto al proceso quimiotáctico para promover la adhesión
de neutrófilos y monocitos.
Los gránulos
densos de las
plaquetas contienen, además de
mediadores involucrados principalmente en la formación del trombo como el ADP,
serotonina y péptidos anti-bacteriales denominados trombocidinas. La serotonina
es captada del
plasma por las plaquetas a
través del transportador
de serotonina (SERT)
y luego almacenada
en los gránulos
densos. Una vez liberada por activación plaquetaria, la serotonina
es capaz de
inducir vasoconstricción, mejorar la capacidad de los monocitos de
activar a las células T y reclutar a los neutrófilos al sitio de inflamación.
Funciones
El rol
de las plaquetas
como células inmunes
se debe también a la expresión en superficie de receptores para IgG
(FcγRIIA), las proteínas coestimuladoras
del sistema inmune
CD40 y CD40L
y numerosos TLRs (1, 6, 10). Las
plaquetas expresan únicamente el receptor FcγRIIA, de baja afinidad para IgG. A
través de este receptor las plaquetas pueden unir complejos inmunes y funcionar
como vehículo de traslado de
estos complejos para
su destrucción por fagocitos.
Las plaquetas son la principal
fuente de CD40L soluble (sCD40L), de hecho más del 90% del sCD40L es producido
por plaquetas activadas, por lo que los niveles de esta molécula pueden ser
indicadores de activación plaquetaria. Las plaquetas expresan también CD40L en
la superficie celular, y su receptor
el CD40. El
sCD40L produce la
activación del endotelio,
generando la expresión
de moléculas de adhesión
y síntesis de quimioquinas para
facilitar el reclutamiento
y adhesión de
leucocitos. Es más, el
sCD40L se une
a su receptor
el CD40 expresado
constitutivamente en linfocitos
B, monocitos y macrófagos regulando
la activación de
estas células inmunes. Además, el
sCD40L derivado de las plaquetas
puede promover la
diferenciación de las
células B y
el switch de
clases de las
inmunoglobulinas, puede aumentar las respuestas celulares de linfocitos
T CD8+ e interferir con la maduración de células dendríticas.
Los TLRs
detectan patrones moleculares
de patógenos y se expresan tanto
en la superficie de la plaqueta
como intracelularmente. Los
patógenos o componentes
de los mismos
pueden unirse a
los TLRs plaquetarios y de esta
manera ser presentados a los neutrófilos y a células del sistema retículo-endotelial.
De esta manera, la expresión de los TLRs en
las plaquetas vincula
la respuesta inmune
innata con la adaptativa durante procesos infecciosos o inflamatorios.
En este contexto, los TLR2 y TLR4 de las plaquetas reconocen componentes de la
pared de bacterias Gram positivas o Gram negativas, respectivamente, promoviendo la
formación de trampas extracelulares de ADN por los
neutrófilos que pueden atrapar y
eliminar a las
bacterias. La activación de los
TLRs intracelulares que reconocen ácidos nucleicos virales, puede contribuir
tanto a la trombosis como a la respuesta inmune viral sin inducir trombosis.
Referencias bibliográficas:
http://www.sah.org.ar/revista/numeros/31-vol%2019-extraordinario.pdf
Rojas M., W., Anaya C.,
J. M., et al. (2010). Decimoquinta edición. Inmunología de Rojas.
Medellín, Colombia: Corporación para Investigaciones Biológicas.
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